Facultad de Derecho

28 de febrero de 2018

Frankenstein o Alexa: la inteligencia artificial en prospectiva

No sabemos que nos deparará el futuro pero podemos planear, construir escenario futuros, ensayar hojas de ruta, prepararnos para lo mejor y para lo peor. Pensar más allá del cortoplacismo y de la coyuntura. Los avances extraordinarios de la tecnología en las últimas décadas introducen al futuro un elemento adicional de incertidumbre. No sabemos a ciencia cierta si el desarrollo de la tecnología y sus efectos en la sociedad tienen límites pero tenemos certeza de un hito relevante: en este momento la humanidad aún puede trazar esas fronteras, puede ejercer el control efectivo respecto de las máquinas.

No sabemos que nos deparará el futuro pero podemos planear, construir escenario futuros, ensayar hojas de ruta, prepararnos para lo mejor y para lo peor. Pensar más allá del cortoplacismo y de la coyuntura.

Los avances extraordinarios de la tecnología en las últimas décadas introducen al futuro un elemento adicional de incertidumbre. No sabemos a ciencia cierta si el desarrollo de la tecnología y sus efectos en la sociedad tienen límites pero tenemos certeza de un hito relevante: en este momento la humanidad aún puede trazar esas fronteras, puede ejercer el control efectivo respecto de las máquinas.

Entre las novísimas tecnologías ni el Internet de las Cosas ni el turismo espacial, los vehículos eléctricos, la analítica de grandes datos o la computación en la nube, entre otras, representan una amenaza para el rol eminente y predominante del ser humano respecto de sus propias creaciones. La inteligencia artificial potenciada por el Deep Learning y la robótica generan simultáneamente temores y esperanzas.

La historia del miedo a la “creación” (humana) de inteligencia tiene un comienzo remoto incluso la mitología griega muestra al atrevido Prometeo robar el fuego de los Dioses y tener un elemento (soplo!) vital. Muchos siglos después, Mary Shelley con su personaje ficticio Frankenstein aproximó el mito del soplo creador a un repulsivo monstruo -al menos así es en el imaginario popular y de las películas-.

Esta aproximación conflictual entre los seres humanos y la inteligencia creada de manera artificial sugiere la continuidad del miedo ancestral al desborde tecnológico. Es el primer pilar que justifica el análisis prospectivo ya que debemos tener la capacidad de construir la hoja de ruta del futuro posible  o probable.

Otras aplicaciones de la inteligencia artificial representan una mayor cercanía con el sentido de lo humano y su desarrollo muestra armonía con actividades cotidianas. Tomamos arbitrariamente el ejemplo de Alexa (desarrollo inteligente y virtual en Ecco) así como otros asistentes virtuales y botnets representan una versión más agradable y seductora de la inteligencia artificial.  El asistente de voz escucha al usuario y realiza distintas acciones según lo que se le pida.  Puede ofrecer a sus usuarios sus propias opiniones sobre programas de televisión, series o su bebida y comida favorita. El asistente va más allá de su función de motor de búsqueda por voz y son sujetos interactivos con los que se puede entablar una conversación (cada vez más sofisticada).

En reciente columna de Moisés Naim se refieren dos posiciones divergentes sobre el impacto de la Inteligencia Artificial en relatos obtenidos en la reunión anual del Foro Económico Mundial. Por un lado, para Sundai Pichai de Google: “la inteligencia artificial nos va a salvar, no a destruir. Es, probablemente lo más importante en lo que la humanidad ha trabajado. Creo que la IA tendrá un efecto más profundo que la electricidad o el fuego”. Para Jack Ma, el fundador de Alibaba, paradigma del comercio electrónico en China, “la inteligencia artificial y el big data son una amenaza para la humanidad. La IA debe apoyar a los seres humanos. La Tecnología siempre debe hacer cosas que empoderen a la gente, no la inhabiliten”. Visiones divergentes que provienen de líderes empresariales de empresas que invierten recursos significativos en los adelantos y aplicaciones prácticas de la Inteligencia Artificial.

A favor de los beneficios que trae Inteligencia Artificial se puede referir el experimento de Google, para identificar tejidos cancerosos y daños en la retina. Una combinación de flujo de datos de los pacientes provenientes de los teléfonos inteligentes y dispositivos portátiles permiten un diagnóstico médico automatizado a partir de una descripción de síntomas, detectar rasgos de comportamiento que sugieran que está deprimido o identificar si tiene un riesgo especial de enfermedad cardíaca. La agregación de datos también facilitará encontrar otras personas con enfermedades similares y ver cómo respondieron a varios tratamientos.

De todas las nuevas tecnologías parece que la inteligencia artificial es la más retadora desde el punto de vista del monopolio humano respecto de la capacidad de análisis, creación, aprendizaje, memoria, intuición y sensibilidad. Muchas son las preguntas recurrentes en ambientes académicos y empresariales ¿Se reemplazará al ser humano en algunas dimensiones como la laboral?  ¿Desaparecerán algunas profesiones y oficios?  ¿Las máquinas estarán fuera del control humano?  ¿Hasta donde llegarán en su capacidad de pensar?  ¿Las máquinas sólo aprenderán o serán intuitivas y creativas?  ¿la masificación de las aplicaciones de la inteligencia artificial favorecerán o perjudicarán a las economías emergentes que han centrado su modelo de desarrollo en las materias primas y los bajos salarios para los trabajadores?

El derecho puede ser parte de la solución frente a la imprevisibilidad de la fuerza de la inteligencia artificial. Sin embargo, proponemos la prospectiva como metodología para establecer la relación entre derecho y máquinas pensantes. Cada cultura y sociedad tiene una aproximación diferente a la relación hombre-máquina, no es la primera vez en la historia que se experimenta esa fricción. Los automóviles reemplazaron a los carruajes de caballos pero aún hoy en día la potencia se mide por decenas o cientos de caballos de fuerza (algunas utilizan los cientos de caballos de fuerza para abusar de la velocidad y poner en riesgo a otros inocentes ciudadanos con piques en las carreteras).

La masificación de los computadores personales hacia prever desaparición de miles de empleos rutinarios pero más bien se convirtió en una herramienta necesaria para secretarias, digitadores y operarios. Se crearon profesiones nuevas y empleos por doquier.

El porvenir no se predice sino se construye dice Maurice Blondel. Para Francisco Mojica “La prospectiva nos enseña que no es necesario sufrir o padecer el futuro, sino que podemos construirlo. Y también nos muestra que si lo analizamos adquirimos ventajas competitivas, sencillamente porque nos estamos adelantando a tomar decisiones que otros todavía no han pensado”. Frente a la inteligencia artificial no podemos ser reactivos porque la humanidad podría estar en riesgo en sus características más eminentes. Tampoco podemos ser preactivos porque no sabemos realmente cómo prepararnos para un cambio esperado. Más bien debemos ser proactivos para definir cómo controlamos los cambios, definimos los límites éticos y determinamos si queremos complementarnos con las máquinas y potencializar nuestras cualidades o más bien ser reemplazados en nuestra esencia.

La prospectiva nos llama a construir posibles escenarios futuros que nos permitan anticiparnos y tomar la acciones pertinentes para trazar el camino. El contenido del método prospectivo aplicado a la inteligencia artificial debe incluir contenidos éticos, jurídicos y tecnológicos.

La prospectiva también puede llevar a acciones regulatorias o a medidas que eviten o sanciones prácticas discriminatorias en el mercado. La prospectiva debe llevar a acciones concretas para lograr mayor eficiencia e influencia. Para Godet “La anticipación no tiene mayor sentido si no es que sirve para esclarecer la acción. Esa es la razón por la cual la prospectiva y la estrategia son generalmente indisociables. De ahí viene la expresión de prospectiva estratégica. Sin embargo, la complejidad de los problemas y la necesidad de plantearlos colectivamente imponen el recurso a métodos que sean tan rigurosos y participativos como sea posible, al objeto de que las soluciones sean reconocidas y aceptadas por todos. Tampoco hay que olvidar las limitaciones que impone la formalización de los problemas ya que los hombres también se guían por la intuición y la pasión. Los modelos son invenciones del espíritu para representar un mundo que no se dejará encerrar en la jaula de las ecuaciones. ¡Esto es hermoso pues, sin esta libertad, la voluntad animada por el deseo quedaría sin esperanza!. Tal es la convicción que nos anima: utilizar todas las posibilidades de la razón, conociendo todas sus limitaciones, al igual que sus virtudes. Entre intuición y razón no debería existir oposición sino, por el contrario, complementariedad. Para que sea una “indisciplina” intelectual fecunda y creíble, la prospectiva necesita rigor.” El derecho como ciencia social afronta la simplificación y la rutina de casos sencillos de resolver pero también se ha convertido en un sistema complejo desde el punto de vista normativo, por ejemplo en cuanto a multiplicidad De Fuentes pero también en cuanto al carácter interdisciplinario, por ejemplo el derecho tecnológico es un paradigma de esta tensión.

Los cambios abruptos como los que se producen con las tecnologías emergentes requieren ajusten en las competencias de los aspirantes para ocupar las vacantes laborales. La visión prospectiva con escenarios futuros abordo puede permitir llevar a cabo los ajustes en los programas académicos y en la ofertas de las capacidades para copar los empleos del futuro. De tal manera se puede mitigar el supuesto efecto devastador que tiene la inteligencia artificial para el mercado laboral.

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