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27 de septiembre de 2024

Hacia un futuro digital común: aportes de los docentes del Externado 

En marco de la Cumbre del Futuro se convocaron a los diálogos interactivos, sesiones con intervenciones de representantes de los países miembro, de las entidades del sistema de Naciones Unidas y de observadores. Adicionalmente, se extendió la opción de intervenir a la sociedad civil y academia con el propósito de contribuir colectivamente a la construcción de la agenda global común.

Por: Adriana Castro Pinzón

La Cumbre del Futuro tuvo lugar del 22 al 23 de septiembre de 2024. En el marco de esta reunión de alto nivel, fue adoptado el Pacto del Futuro, el Pacto Digital Global y la Declaración sobre las Generaciones Futuras1. El enfoque estuvo dirigido a la construcción de una agenda común que integre las aspiraciones por un futuro en paz, sostenible y digital. La adopción del pacto es un punto de partida, queda mucho por hacer, la identificación e implementación de acciones coordinadas entre los actores para que sea una realidad. 

En marco de la Cumbre se convocaron a los diálogos interactivos. Sesiones realizadas en simultáneo con intervenciones de representantes de los países miembro, de las entidades del sistema de Naciones Unidas y de observadores. Adicionalmente, en esta ocasión, se extendió la opción de intervenir a la sociedad civil y academia. Los diálogos interactivos se organizaron en cuatro franjas temáticas: 

  • (Diálogo interactivo 1) Transformar la gobernanza global y acelerar la implementación de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible.
  • (Diálogo interactivo 2) Mejorar el multilateralismo para la paz y la seguridad internacionales. 
  • (Diálogo interactivo 3) Hacia un futuro digital común: fortaleciendo la innovación inclusiva y cooperación para cerrar las brechas digitales. 
  • (Diálogo Interactivo 4) El futuro comienza ahora: mejorar el sistema global para el presente y las generaciones futuras.
Foto: Cumbre del Futuro, 23 de septiembre de 2024, Diálogo interactivo 3: Hacia un futuro digital común, Co-chairs: H.E. Alar Karis, Presidente de la República de Estonia; Dr. Mohamed Muizzu, Presidente de la República de las Maldivas.

Foto: Cumbre del Futuro, 23 de septiembre de 2024, Diálogo interactivo 3: Hacia un futuro digital común, Co-chairs: H.E. Alar Karis, Presidente de la República de Estonia; Dr. Mohamed Muizzu, Presidente de la República de las Maldivas. 

El Externado contó con acreditación especial de Naciones Unidas para asistir a la Cumbre del Futuro, con lo cual fuimos testigos directos del acontecimiento en las actividades de las Jornadas de Acción, desarrolladas desde el 20 y 21 de septiembre, la Cumbre del Futuro, el 22 y 23 de septiembre. La opción de postular interés para intervenir en los diálogos interactivos nos llevó a conversar entre profesores de las diversas facultades, en aras de construir un planteamiento concertado. Fui informada de la postulación de más de 600 solicitudes para intervenir en los diálogos interactivos, siendo un gran reto lograr el espacio de presentación, más aún porque cada franja estimaba la intervención de hasta cinco instituciones representantes de la sociedad civil. 

Con el trabajo hecho, y con el ánimo en continuar en la construcción colectiva, compartimos en seguida las reflexiones en relación con el diálogo interactivo 3: Hacia un futuro digital común2. El texto que presentamos en seguida ha sido construido a partir de la convocatoria y participación voluntaria de docentes de la Universidad Externado de Colombia adscritos a la FACULTAD DE ADMINISTRACIÓN DE EMPRESAS (Francisco José Mojica, Titular de la Cátedra UNESCO Estudios de futuro para el desarrollo y la competitividad, Fredy Vargas Lama, Director Centro de Pensamiento Estratégico y Prospectiva); a la FACULTAD DE DERECHO (Adriana Castro Pinzón, Directora (e) Departamento de Derecho de los Negocios, Daniel Peña Valenzuela, Director Línea de investigación en Comercio Electrónico, Juan Carlos Upegui Mejía, Docente investigador Departamento de Derecho Constitucional); a la FACULTAD DE FINANZAS, GOBIERNO Y RELACIONES INTERNACIONALES (Mario A. Pinzón Camargo, docente investigador del Centro de Investigación y Proyectos Especiales -CIPE); y a la DIRECCIÓN DE INNOVACIÓN EDICATIVA DIGITAL (Claudia Villafane, Directora).  

Respondemos en seguida a las preguntas guía de la nota conceptual, con una especial auto-reflexión en relación con el aporte que desde la academia podemos ofrecer a la construcción de un futuro digital común. 


¿Cómo se pueden aprovechar las tecnologías digitales para fomentar el desarrollo sostenible de manera equilibrada e inclusiva, incluso para abordar desafíos como el cambio climático, desarrollar la resiliencia, mejorar la inclusión financiera y el empoderamiento económico? 

La trampa del desarrollo económico insuficiente nos ha impedido lograr unos niveles adecuados de bienestar para la población que permita una verdadera equidad social fundada en educación, cultura y salud. Aunque hemos avanzado mucho como logrado una estabilidad política, un crecimiento mediano de nuestra industria y comercio, así como profesionales exitosos que hemos exportado en talento y creativas los retos son inmensos.

Buena parte de la esperanza para lograr que el siglo XXI sea un punto de inflexión hacia un cambio de nuestra sociedad está depositado en la tecnología. La apropiación adecuada de las tecnologías emergentes puede producir una transformación digital del Estado y de las empresas que propicie una economía de los datos y de la creatividad más inclusiva e incluyente. 

Agricultura inteligente sostenible y menos vulnerable al cambio climático, ciudades inteligentes sostenibles y con transición energética, inclusión financiera digitalizada con el apoyo en innovación Fintech, diseño de instituciones eficientes y diseño legal; en fin toda la tecnología y ciencia de datos al servicio de ciudadanos más informados y con mejor posibilidad de decisión así como instituciones más flexibles, eficientes y bajo escrutinio democrático para enfrentar con información los factores que desencadenan y agravan la corrupción. 

La adopción de un enfoque de innovación inclusiva estima la identificación de los actores, metodologías y acciones. Será relevante identificar cuáles son las necesidades de los actores, sus intereses. Así también identificar tanto aquellos actores que serán beneficiados de la inclusión como de aquellos sobre los cuales pueda tener efectos. Con ello ofrecer contexto a las diversas participaciones que a través de mecanismos de efectivos mecanismos de gobernanza con visión de futuro aporten a la sostenibilidad. De tal manera que las soluciones a ser adoptadas no sólo atiendan lo inmediato, sino que tenga una visión del problema para lograr la identificación de una solución o métodos para solucionar los problemas de manera sostenible.  

Hace parte del enfoque inclusivo el reconocer diferentes tipos de conocimiento, el conocimiento científico, técnico o tecnológico, el conocimiento ancestral y el conocimiento indígena. Una aproximación holística a los enfoques de conocimiento puede aportar para entender la complejidad de los problemas hoy en día y enriquece los métodos para solucionar los problemas. Las tecnologías son habilitantes y toman un rol importante en la implementación de soluciones. 

Las tecnologías digitales presentan un gran potencial para fomentar el desarrollo sostenible, siempre que se implementen de manera equilibrada e inclusiva. Por ejemplo, al integrar soluciones digitales en la lucha contra el cambio climático, como el uso de sistemas de monitoreo ambiental basados en inteligencia artificial, es posible mejorar la gestión de recursos naturales y optimizar la eficiencia energética. Además, estas tecnologías pueden contribuir a la resiliencia de las comunidades más vulnerables, facilitando el acceso a información crucial durante crisis o desastres. En cuanto a la inclusión financiera, las plataformas digitales permiten a las personas no bancarizadas acceder a servicios financieros esenciales, fomentando el empoderamiento económico y reduciendo las desigualdades. 

Las tecnologías digitales pueden ser un motor clave para el desarrollo sostenible en Latinoamérica, permitiendo una mejor gestión de recursos naturales, mitigación del cambio climático y mayor inclusión financiera de cara al futuro. A través de alianzas público-privadas, es posible impulsar soluciones digitales que apoyen a las comunidades más vulnerables, mientras que las empresas pueden liderar la creación de productos y servicios innovadores que promuevan la sostenibilidad. La clave está en combinar la digitalización con la equidad para maximizar el impacto regional. 

La relación entre Inteligencia artificial y desarrollo sostenible pasa por la gestión. De hecho, se espera que hacia el futuro la administración del desarrollo sea más digital que analógica. En este orden de ideas el apoyo que la puede dar a la gestión del desarrollo sostenible es inigualable: contribuyendo a la identificación de los problemas, informando el avance o disminución de áreas contaminadas. Reconociendo mejores prácticas mundiales y precisando la pertinencia de ellas en cada caso. Lo mismo acontece con la sostenibilidad social que guarda relación con los niveles de pobreza. 

¿De qué manera pueden la colaboración y las asociaciones entre múltiples partes interesadas fomentar el desarrollo de capacidades y reforzar la cooperación tecnológica y científica para cerrar la brecha digital tanto entre los países como dentro de ellos? 

La colaboración de múltiples partes interesadas es imprescindible siempre que persigamos un logro mayor y duradero. La brecha digital no es la única amenaza a la que nos enfrentamos entre países. La brecha cognitiva, las habilidades comunicativas incluyendo lenguajes para la programación y para el desarrollo de la cooperación científica y tecnológica es una realidad. Mejorar los esfuerzos para cerrar la brecha de conocimiento y desarrollar habilidades sobre gobernanza digital en niños, mujeres y personas mayores permitirá a los usuarios exigir mejores servicios, mejores opciones y estar más alerta ante los daños en línea. Exigir un enfoque más transparente y ético a los gobiernos y al sector privado puede generar importantes dividendos digitales. La sociedad civil y las universidades pueden lograr más que el desarrollo de capacidades, siendo parte de deliberaciones constantes y reflexionando sobre los principales temas de gobernanza y cooperación digital. Nosotros, como individuos, como humanidad, no solo podemos aspirar a no sufrir daños en línea, sino también a poder beneficiarnos del acceso, las oportunidades y, en general, ser testigos de las promesas de la era digital. 

La brecha digital no se cierra, evoluciona. Las acciones para cerrar la brecha digital parten, primero, del deseo de hacer parte o usar una tecnología y sentirse seguro usándola, segundo, de contar con cobertura e infraestructura, con especiales retos para las comunidades dispersas o aisladas y, tercero, de la capacitación para la sociedad digital. Como sociedad debemos tener presente que la aspiración a cerrar completamente la brecha digital es un reto en sí mismo, porque la brecha digital evoluciona con el desarrollo de nuevas tecnologías y la aspiración de implementar usos significativos de éstas.  

El rol de las universidades y de la academia se encamina a la formación para el futuro, formación en pensamiento crítico y en el uso de herramientas y con ello aportar a la disminución de la brecha digital. En la reflexión constante por las problemáticas actuales y venideras, en la construcción de una sociedad sostenible, siendo que tiene un rol fundamental en la formación de los profesionales y de los tomadores de decisiones del futuro. Las Universidades, la academia, sigue siendo un foro necesario y preponderante, propiciando las reflexiones y participando en las discusiones de política pública, con enfoques interdisciplinares y expertos, su aporte fundamental a través del método científico y agenda neutral que permita una discusión lo más abierta posible.  

La colaboración multiactor, que involucra gobiernos, empresas, sociedad civil y el sector académico, es fundamental para cerrar la brecha digital. A través de asociaciones estratégicas, es posible compartir recursos humanos y de infraestructura, conocimientos y experiencias para fomentar el cierre de la brecha. En este contexto, las universidades pueden asumir un papel central como catalizadores del desarrollo de competencias digitales, impulsando iniciativas de formación que se adapten a las necesidades locales y globales. Este enfoque colaborativo no solo fortalece la cooperación científica, sino que también contribuye a la creación de un ecosistema digital más equitativo y accesible. 

Además, los programas de cooperación tecnológica y científica, y la diplomacia científica son cruciales para garantizar que los avances en innovación digital beneficien a todos los sectores de la población, especialmente en países del Sur Global. El trabajo conjunto entre actores públicos y privados permite la implementación de infraestructuras digitales robustas y sostenibles, así como la promoción de políticas públicas que favorezcan la inclusión digital. Este tipo de alianzas también es clave para impulsar proyectos de investigación conjuntos que aborden desafíos globales, como la creación de soluciones tecnológicas para la educación, la salud y el medio ambiente. 

Cerrar la brecha digital en Latinoamérica requiere una colaboración estratégica entre gobiernos, sector privado, ONGs y la academia. Estos actores pueden compartir recursos, diseñar programas de capacitación tecnológica, y fortalecer la infraestructura de telecomunicaciones en áreas rurales y urbanas marginadas. Al fomentar el acceso igualitario a la tecnología, se impulsa la cooperación científica, económica y social en la región, creando una plataforma para que Latinoamérica participe activamente en la economía digital global y promueva la inclusión. Sin la participación de los actores sociales no es posible crear futuro. 

La colaboración entre los actores sociales del desarrollo es uno de los temas propios de la prospectiva estratégica, a saber: la consecución de consensos entre los cuatro actores sociales del desarrollo (estado, medios de producción, academia y sociedad civil). Estos consensos deben llevar a convergencias de voluntades y confluencias de decisiones para la acción y, en últimas, a empoderar los actores sociales en torno al diseño y construcción del futuro. En el mundo analógico esta tarea no es fácil, pero con el apoyo de la IA el intercambio y los consensos se podrán sensiblemente optimizar. 

¿Cómo podemos asegurarnos de que el desarrollo y el uso de tecnologías digitales fomenten un espacio digital inclusivo, abierto, seguro y protegido en el que todos, especialmente las mujeres y los niños, estén protegidos de los daños en línea? 

Garantizar un espacio digital seguro e inclusivo requiere una combinación de regulaciones efectivas, educación digital y acceso equitativo a la tecnología. En Latinoamérica, es esencial que los gobiernos, empresas y la sociedad civil trabajen en conjunto para proteger a los más vulnerables, como mujeres y niños, contra los riesgos en línea. La promoción de la alfabetización digital, junto con herramientas de seguridad digital, ayudará a construir un entorno inclusivo y seguro, donde todos puedan beneficiarse de la transformación digital. 

Para asegurar un espacio digital seguro, es vital la implementación de normativas claras que regulen el comportamiento en línea y promuevan la creación de plataformas que respeten la privacidad y los derechos de los usuarios, basados en planteamientos teóricos como la justicia algorítmica, la ética computacional y la teoría crítica de la tecnología. En este sentido, la colaboración con instituciones educativas, tecnológicas y gobiernos resulta indispensable para fomentar el desarrollo de herramientas que prevengan y mitiguen los riesgos asociados al uso de tecnologías digitales. La construcción de un espacio digital inclusivo y seguro también pasa por la educación de la ciudadanía en valores como la ética digital, el respeto mutuo y la responsabilidad en el uso de la información. 

El desarrollo y uso de las tecnologías digitales debe estar acompañado de una serie de medidas que garanticen la creación de un entorno digital seguro, abierto e inclusivo. Para ello, es necesario establecer políticas que protejan a los usuarios, especialmente a los grupos más vulnerables, de los daños en línea. Desde la Dirección de Innovación Educativa Digital de la Universidad Externado de Colombia, el enfoque pedagógico debe incluir la promoción de competencias digitales que no solo aborden el uso eficiente de estas tecnologías, sino que también preparen a los usuarios en la identificación y prevención de riesgos en entornos digitales, el uso responsable y el análisis crítico de estos avances. 

El dilema del futuro está entre apegarse al mundo analógico o involucrarse con el mundo digital. Jöel de Rosenay dice que se trata de un nuevo ecosistema en el cual iremos a interactuar todos, en todas las actividades propias de la vida y del desarrollo. En consecuencia, el contar con un espacio digital cada vez más perfecto (velocidad, ancho de banda, cobertura) es absolutamente indispensable para interactuar con el mundo de la IA. 

Sea este un primer aporte con la invitación a continuar con el trabajo colaborativo entre saberes y disciplinas, entre actores, entre entidades, entre países y entre regiones. Invitamos a los diversos actores a sumarse en la reflexión y en la adopción de acciones concretas para construir el futuro que queremos. 

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