Facultad de Derecho

13 de abril de 2020

¿Virus extranjero?

Mientras la Organización Mundial de la Salud (OMS) y científicos del mundo hacen múltiples esfuerzos por explicarnos que los coronavirus son una extensa familia de virus que pueden causar enfermedades en animales como en humanos, que en nosotros causan el resfriado común hasta enfermedades más graves como el síndrome respiratorio de Oriente Medio, MERS, y el síndrome respiratorio agudo severo, SRAS, y que recién están entendiendo la desconocida y denominada Covid-19, el presidente de EE.UU., Donald Trump, no duda en calificarlo de un “virus extranjero”.

Por: Eric Tremolada Álvarez

Mientras la Organización Mundial de la Salud (OMS) y científicos del mundo hacen múltiples esfuerzos por explicarnos que los coronavirus son una extensa familia de virus que pueden causar enfermedades en animales como en humanos, que en nosotros causan el resfriado común hasta enfermedades más graves como el síndrome respiratorio de Oriente Medio, MERS, y el síndrome respiratorio agudo severo, SRAS, y que recién están entendiendo la desconocida y denominada Covid-19, el presidente de EE.UU., Donald Trump, no duda en calificarlo de un “virus extranjero”.

Una vez más, Trump en campaña aprovecha una crisis para responsabilizar a los demás y reforzar su lógica nacionalista que tantos réditos políticos le brinda. “Este es el esfuerzo más agresivo para enfrentar un virus extranjero en la historia moderna de EE.UU.”, en su discurso culpa a China, y en particular, a la Unión Europa de la propagación del coronavirus en su país. Así, la crisis que, con la lógica de las pandemias, empeorará en su país, no será su responsabilidad.

La oportunista calificación de Trump riñe, por un lado, con el informe Robert Redfield, director de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE.UU. quien el pasado 11 de marzo, dirigiéndose a un Comité del Congreso americano, informó que algunas muertes por influenza en los EE.UU. se identificaron más tarde como la enfermedad causada por el nuevo coranovirus Covid-19. De ahí que el portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de China, Zhao Lijian, con base en dicho informe, sugiriera -con el mismo rigor de Trump- que soldados de EE.UU. que participaron en los Juegos Mundiales Militares de Wuhan, en octubre de 2019, podrían haber llevado el nuevo coronavirus y sean el origen de la pandemia.

Por otro lado, Thomas Bossert, exasesor de Trump en seguridad e inmigración, expresó sin tapujos que la tardía medida de “Imponer restricciones a los viajes desde Europa sirve de muy poco. Antes, sí (habría servido). Ahora, tenemos casi tanta enfermedad aquí como en los países de Europa. Tenemos que centrarnos en medidas de mitigación en nuestras comunidades ¡ahora!”. Esta precisión con un Covid-19 que llegó hace mucho a EE.UU. y se expande por su territorio, no se combate con restricciones adicionales a las impuestas a quienes hayan visitado China e Irán.

En palabras de Doris Marie Meissner, excomisionada del Servicio de Inmigración y Naturalización, investigadora principal y directora del Programa de Políticas de Inmigración de los EE.UU. en el Instituto de Políticas de Migración, destaca la debilidad de Trump por “los vetos migratorios, los muros, las restricciones comerciales y la ruptura de acuerdos de cooperación, e intenta aplicar el mismo guion al coronavirus”.

Con absoluta irresponsabilidad, el primer ministro del Reino Unido, Boris Jhonson, no tomará medidas drásticas contra la pandemia, que producirá un número muy considerable de muertes y que, por tanto, es mejor proteger la economía de cara a quienes sobrevivan. Desconoce, sin duda, la primera regla epidemiológica que recuerda el profesor Roy Anderson del Imperial College de Londres “cuanto más pronta sea la intervención tanto mejor”.

Si las medidas de mitigación son responsabilidad de las autoridades, cada uno de nosotros tiene un rol protagónico en la prevención y propagación de la enfermedad.

Publicado en La República, Bogotá, jueves, 19 de marzo de 2020.

 

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