Lo que queda y lo que viene.

Mientras Donald Trump toma posesión de su segundo mandato como presidente de los Estados Unidos de América, pocos detallan el balance de la gestión de Joe Biden. Nos referiremos a cinco aspectos trascendentales y verificables para los americanos que -para desgracia de la mayoría en el mundo- no lo supieron valorar en las urnas.

En materia de medicamentos durante su administración logró negociar descuentos que oscilan entre 38% y 79% del precio y, en materia de salud, mejora sustancialmente la cobertura médica. Hoy el número de americanos sin seguro de salud se redujo a 7,2%.

Por su parte, en medio de la crisis sanitaria y económica Biden llegó a la Presidencia con un índice de desempleo de 6,5%, hoy la desocupación no alcanza 3,6%; en materia de inflación, recibió un país con 9,1% y la redujo a 2,9%; sin embargo, el costo de vida sigue siendo mayor que antes de la pandemia, una de las razones que explican el resultado electoral.

Los homicidios en el último año del primer gobierno de Trump (2020) aumentaron un 29%, por el contrario, ya con Biden la disminución de la tasa de homicidios fue de 18,2% interanual y en 2024 registró la caída más marcada de la última década.

Adicionalmente, Biden -venciendo los obstáculos de republicanos y los tribunales de justicia para implementar sus planes de alivio- logró aliviar a más de 5 millones de individuos abrumados por los préstamos estudiantiles. En total, su gobierno condonó más de US$183.000 millones de dólares.

Finalmente, extendió hasta 2026 la vigencia del programa de protección temporal para cientos de miles de inmigrantes, quienes podrán residir temporalmente en Estados Unidos sin ser deportados.

Esto beneficiará principalmente a 600.000 venezolanos, 230.000 salvadoreños, 104.000 ucranianos y 1.900 sudaneses. En el caso de los venezolanos es una noticia invaluable para Colombia, toda vez que el régimen de Maduro no recibe a los deportados.

Por el contrario, el nuevo inquilino de la Casa Blanca viene anunciando una serie de puntos de estrangulamiento (chokepoints) que, en teoría de juegos, no es otra cosa que bloquear o limitar las opciones del otro jugador. Así, aprovechando las dificultades en las rutas de acceso debido a las demoras por la sequía en el Canal de Panamá e interrupciones por los rebeldes hutíes en Suez, se revaluaron los accesos alternativos, principalmente el estrecho de Magallanes y el cabo de Buena

Esperanza, y por ello el anuncio de Trump sobre el Canal de Panamá, fundado en “razones de interés y de seguridad nacional”. Y en el mismo sentido el anuncio sobre Groenlandia, la segunda isla más grande del mundo que cuenta con una posición privilegiada para la navegación en el círculo polar ártico que, con el calentamiento global, en pocos años será la ruta más usada y corta entre Europa y Asia. No pasará mucho tiempo para que se pronuncie sobre la Antártida, por el renovado valor del estrecho de Magallanes.

Dadas las señales de debilidad relativa de enemigos y aliados, Trump entiende que es el momento de presionar: Rusia desbordada; China entrando en deflación y, por ello, propensa a las presiones (incluida que una empresa construya y opere un megapuerto en Perú); Oriente medio fragmentado, Europa estancada económicamente y en política dividida; y Canadá en medio de la salida de Justin Trudeau.