Facultad de Derecho

18 de diciembre de 2018

Tomar decisiones con Inteligencia corporativa sostenible

Por: Luisa Jiménez Mahecha

Para lograr la buena toma de decisiones y alcanzar la eficiencia organizacional, las empresas han centralizado sus esfuerzos en vincular personal y conformar equipos de trabajo con Inteligencia Emocional (IE)[1]. A nivel global se considera como un factor de éxito, no sólo para la buena toma de decisiones, sino que también respecto de las buenas relaciones interpersonales con los stakeholders, fundamentales para cualquier actividad económica[2].

Sin embargo, para nadie es un secreto que los negocios cada día son estructurados con sujetos externos (asesores jurídicos, contadores, firmas especializadas) que no participan directamente en las operaciones de las compañías[3], pero que sí tienen la capacidad suficiente de influir directamente en la toma de decisiones trascendentales para su crecimiento y desarrollo.

En algunos casos, el acercamiento de los partícipes externos resulta ser distante, solamente para el cumplimiento de la gestión que se les encomienda, y en otros casos puede existir una relación muy cercana, lo que les permite tener un panorama más amplio de las necesidades reales de las empresas, teniendo en cuenta factores que no se llegan a percibir si no se conoce de cerca la operatividad de estas.

A pesar de la aplicación de la inteligencia emocional al capital humano, parece no ser suficiente para prevenir la realización de decisiones que no resultan ser sostenibles[4], trátese desde el punto de vista económico, legal, político, reputacional o social. Colombia ha sido testigo de empresas con grandes avances en la implementación de programas que desarrollan la IE con sus equipos de trabajo y, aun así, han estado involucradas en actos poco éticos y en algunos casos ilegales.

Por esa razón, la toma de decisiones para una empresa tiene que ser analizada como un todo, no sólo desde la capacidad de un trabajador con IE, sino de todos aquellos que participan directa e indirectamente en la toma decisiones de las compañías, es decir, como una capacidad corporativa y no individualista. Para el efecto, poder integrar a los equipos interdisciplinarios internos y externos de las empresas como estructuradores de negocios, responsables de estrategias para la resolución de conflictos o como partícipes activos en la toma de decisiones con un alto grado de incidencia, es una medida que puede contribuir a conocer, prevenir, extender, consolidar o verificar que los otros actores con influencia relevante para las compañías se encuentren alineados con los principios, las políticas, prácticas empresariales, códigos de ética y objetivos organizacionales,  para poder tomar decisiones.

Recientemente destacados negocios de empresas nacionales e internacionales han estado viciados por estructuraciones poco éticas pero legales, y otras que en sí mismas resultan siendo ilegales desde la etapa preoperativa hasta su terminación. Negocios estructurados sobre cimientos irregulares, que a corto o mediano plazo pueden satisfacer las necesidades de las empresas, pero que en un futuro pueden convertirse en todo un problema, poniendo en riesgo hasta su propia existencia.

En estos casos, no se puede desconocer que los abogados internos y externos jugamos un papel transversal al interior de las compañías, porque no solamente tenemos la función de asesorar legalmente a las empresas para la realización de negocios rentables o como estructuradores de estrategias legales, sino para mantener de forma sostenible el valor reputacional y la confianza de los colaboradores, proveedores, clientes y en general de toda la sociedad en donde la empresa desarrolla sus operaciones, como principales activos intangibles.

La responsabilidad y la rentabilidad de las empresas ha evolucionado, no se puede desconocer que la implementación de las buenas prácticas empresariales pasa a ocupar un lugar muy importante en todas las organizaciones, se pasó de tomar “decisiones exclusivamente rentables” a lo que me permito llamar “decisiones con inteligencia corporativa sostenible (ICS)”.

¿Pero qué es la ICS?

Es la capacidad que tienen las empresas para tomar decisiones sostenibles mediante un análisis de los riesgos y sus efectos, bajo los principios de la ética empresarial y la responsabilidad social corporativa. Se trata de involucrar y extender los principios corporativos como lo es la transparencia a todos aquellos que participan en la toma de decisiones de las compañías.

Tomar decisiones con inteligencia corporativa sostenible no significa asegurar el éxito de los negocios o estrategias a implementar, corresponde a un ejercicio consciente y responsable sobre la base de principios que no son negociables, y que pueden dar tranquilidad a las empresas para mitigar riesgos en diferentes ámbitos, como lo es la conservación de su valor reputacional, uno de los activos más valiosos en la actualidad.

La ética empresarial y la responsabilidad social corporativa se convirtieron en activos intangibles relevantes para las compañías, en una habilidad para sus administradores y para la sociedad en valores fundamentales para que exista desarrollo y confianza. Cualquier decisión que se tome en el mundo de los negocios debe responder a estos postulados. Las consecuencias de omitir o desconocer su aplicación pueden resultar siendo mucho más gravosas e irreversibles para las empresas, como para los miembros que hacen parte de ellas, porque cada día hay más consciencia de la importancia de construir y proteger valores inmateriales que incluso en el mundo de los negocios no resultan ser negociables.

[1]  Goleman, Daniel y  Cherniss, Cary. Inteligencia emocional en el trabajo: Cómo seleccionar, medir y mejorar la inteligencia emocional en individuos, grupos y organizaciones. Editorial Kairós, Barcelona, 2005.

[2] Véase Emotional intelligence (EI). De: Wicks, Jeremy, Nakisher, Steven, Grimm, Laurence, Salem Press Encyclopedia of Health, 2013.

[3] Desconociendo los valores, misión y visión de las empresas en las cuales participan en la mayoría de los casos.

[4]Sostenibles en el entendido en que puedan mantenerse en el tiempo sin que ocasionen un daño a la empresa por su propio actuar doloso o que incluso pueda representar la comisión de un delito. RAE. Sostenible. “2.adj. Especialmente en ecología y economía, que se puede mantener durante largo tiempo sin agotar los recursos o causar grave daño al medio ambiente. Desarrollo, economía sostenible”. Consulta Online 17/10/18 7:35 pm.

 

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