Facultad de Derecho

21 de octubre de 2022

Panorama actual de Colombia para los negocios

Por: Yesmina V. Morales Nemez

En medio del panorama actual en Colombia en el que nuevos funcionarios apenas comienzan a estrenar cargos políticos y a conformar sus propios equipos de gobierno, en el que se habla de una reforma política[1] y de una reforma tributaria, donde se alerta sobre la inflación más alta del siglo llegando a 11,4% tan solo para lo corrido del año 2022 según estadísticas del DANE[2], así como sobre la alza del dólar por encima del Euro representando para los colombianos un costo de $4,916.84 por cada dólar; y finalmente, donde la tasa efectiva anual para créditos inmobiliarios supera el 15%, hace que nos preguntemos ¿cuál será el escenario de los negocios en Colombia en los próximos años? Y si ¿vale la pena quedarnos en Colombia e invertir en nuestro país, o más bien buscar alternativas afuera?

Soy partidaria de que la paz, la seguridad, el crecimiento y en general, la construcción del país con el que soñamos debe comenzar por cada uno de nosotros, desde lo que hacemos y la manera cómo lo hacemos y por lo mismo, no debe ser un asunto del gobierno de turno. Si el tiempo del Covid-19 sirvió para reinventarnos, este es el momento oportuno para comenzar a poner en práctica lo aprendido y construir sobre el escenario en el que nos encontramos sin tener que pensar en huirle a las circunstancias sino en transformarlas como escalones para encontrar nuevas oportunidades que si bien pueden encontrarse por fuera del territorio colombiano, a través del ejercicio de la autonomía de la voluntad y nuestros negocios, podríamos traducirlas en oportunidades para nuestro país.

Actualmente se celebra la eliminación del requisito de la visa británica y se sueña con la posibilidad de eliminarse la visa norteamericana, especialmente ahora, cuando el trámite para aprobación o renovación de la visa estadounidense tiene esperando a cientos de colombianos hasta el 2025 para obtener siquiera una cita en la Embajada Norteamericana y con una alta probabilidad de que se las nieguen, pero de ninguna manera debería aceptarse la eliminación del visado como una puerta para la fuga de talentos de los profesionales de nuestro país. No deberíamos llevarnos nuestras ideas de negocios para desarrollarlas en lugares diferentes a donde todas estas ideas fueron inspiradas, nuestra amada Colombia con sus pros y contras.

El ser humano como individuo es más que capital, por lo mismo, debe continuar en el centro de las decisiones que se tomen a nivel político, social, tecnológico y económico. Sin embargo, no puede perderse de vista que la empresa es un individuo en sí mismo y además, un instrumento de desarrollo social con un poder cada vez más relevante si le pedimos que debe cumplir con los famosos ODSs de las Naciones Unidas. Requieren entonces las empresas hoy más que nunca poner la mirada en los individuos que hacen posible la continuación de su actividad económica y la generación de utilidades y al mismo tiempo, requieren invertir en tecnologías para mantenerse competitivas y mejorar cada día a favor de sus usuarios finales, quienes también con el tiempo se han hecho más exigentes. Todo esto sin embargo solamente será posible en la medida en que la empresa como ser vivo pueda mantenerse respirando, con proyecciones y expectativas claras de que podrá continuar su actividad y generando utilidades que podrán luego reinvertirse a nivel interno, pero también para reducir externalidades de su actividad económica y cumplir con compromisos sociales.

Se requieren incentivos claros para las empresas que la lleven a querer adecuar su actividad para cumplir con los compromisos con la sociedad, el individuo y el medio ambiente que la Carta Constitucional le imponen, no por el miedo a una sanción sino por convicción. La empresa solo podrá seguir contratando, innovando y mejorando sus procesos económicos en la medida en que cuente con garantías lo suficientemente definidas y claras de que podrá cumplir con las promesas que hace a los individuos que internamente la conforman (llámese accionistas, trabajadores, proveedores) pero también a los externos (clientes, usuarios, consumidores, gobierno), pues de nada sirve prometer aumento de salarios a los trabajadores si luego no hay empresarios que contraten a esos trabajadores. De nada sirve pagar salarios altos a los trabajadores si luego estos no podrán acceder a los bienes y servicios de alta calidad por la pérdida del poder adquisitivo de la moneda.

Finalmente, para responder a las dos preguntas inicialmente planteadas, soy partidaria de que el panorama en Colombia, si bien no parece ser muy alentador para hacer negocios a nivel local, sí nos debe llevar a aprender nuevas maneras de hacer negocios con extranjeros o por fuera del país, pero con el compromiso de generar utilidades que puedan luego traerse a nuestro país y reinvertirse en mejores oportunidades. Ahora más que nunca, resulta importante la cooperación, no solo del gobierno para el pueblo sino de todos y cada uno de los individuos que nos reconocemos como colombianos. De la misma manera, considero que la respuesta debe ser quedarnos y no emigrar así se nos faciliten las formas de hacerlo, pues más difícil sería cumplir con nuestra responsabilidad social desde afuera, como si ser colombiano o colombiana significara solo una nacionalidad de origen desligada de todo compromiso social de naturaleza indelegable.

 

[1] Razón pública. La reforma política: ¿será que ahora si se logra? Disponible en: https://razonpublica.com/la-reforma-politica-sera-ahora-se-logra/

[2] EL PAÍS.  Colombia acumula en 2022 la inflación más alta de este siglo. Disponible en: https://elpais.com/america-colombia/2022-10-05/colombia-acumula-en-2022-la-inflacion-mas-alta-de-este-siglo.html

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