Facultad de Derecho

Comercio Electrónico
16 de agosto de 2020

A propósito de Pretoria, la nueva herramienta de la Corte Constitucional: La inteligencia artificial como herramienta auxiliar en el poder judicial.

Por: Edward Camilo Suárez Vásquez

El mundo contemporáneo ha desarrollado problemáticas sin precedente que requieren de nuevas soluciones en distintos ámbitos de la sociedad. La educación, la seguridad, la salud, y algunos otros; son sectores cuyas necesidades se encuentran en constante cambio (a pesar de que algunas necesidades estructurales son las mismas incluso desde que se fundó cada disciplina). Debido a esta dinámica, como sociedad y como humanidad, estamos obligados a optar por herramientas no tradicionales, herramientas que hace tan solo quince años se veían en las películas cinematográficas como un terreno sin explorar y sumamente peligroso.

La inteligencia artificial, o inteligencia sintética[1], es un concepto que carece de una definición unificada hoy en día. La Real Academia Española la define como la “Disciplina científica que se ocupa de crear programas informáticos que ejecutan operaciones comparables a las que realiza la mente humana, como el aprendizaje o el razonamiento lógico.”. Salesforce la define como “ el campo científico de la informática que se centra en la creación de programas y mecanismos que pueden mostrar comportamientos considerados inteligentes.”. David Lynton Poole, PhD, la define como “inteligencia sintética” o “inteligencia computacional”; que a su vez es “el estudio del diseño de los agentes inteligentes“. Incluso, el diccionario “The New International Webster’s Comprehensive Dictionary of the English Language” trae cuatro definiciones sobre inteligencia artificial[2].

Una definición quizás más acertada para el entendimiento de este escrito es: “la Rama de la Ciencia Cognitiva que busca extender los procesos de aprendizaje, por medio del conocimiento y del método científico, a los sistemas computacionales”. Y a su vez, los expertos Stuart Russell y Peter Novig clasifican varias definiciones en cuatro categorías: “(1) Sistemas que piensan como humanos, (2) Sistemas que actúan como humanos, (3) Sistemas que piensan racionalmente y (4) Sistemas que actúan racionalmente[3].

Sin embargo, si incluimos la definición previamente afirmada en las noticias que encontramos en la red sobre Pretoria; la nueva herramienta de Inteligencia Artificial que usará la Corte Constitucional en el proceso de selección de tutelas; esta definición se queda corta, ya que la Corte no está usando una Ciencia, en estricto sentido, para optimizar sus procesos; está usando una herramienta computacional que se basa en Inteligencia Artificial.

Ahora, la Inteligencia Artificial desde más o menos la década de los 80’s ha venido inmiscuyéndose en distintos ámbitos de la sociedad: sistema financiero, salud, comercio, educación, etc. Incluso, particularmente,una industria ha desarrollado avances significativos en la materia, pero, al tomarse como obvia, muchas veces se deja de lado: los videojuegos.

Entonces, la inteligencia artificial y las nuevas tecnologías cada vez se propagan en más y más áreas de la sociedad, incluso, con la coyuntura que ha generado el COVID-19, el incremento uso de las tecnologías de la información y de la comunicación, ha demostrado la urgente necesidad de: (1) gobiernos con regulaciones activas sobre la materia, (2) empresas con infraestructura y logística suficiente para cumplir con sus procesos y (3) ciudadanos educados en el manejo de las TICs.

Si bien, en el transcurso de los años se ha discutido el posible papel de la Inteligencia Artificial en el poder judicial, ya sea reemplazando al juez o a alguna de las partes; o simplemente sirviendo como una herramienta de juicio para el juez, o incluso teniendo capacidad para ser parte en un proceso (un robot con inteligencia artificial). Esta discusión, en Colombia, se ha consumado parcialmente con la llegada de Pretoria a la Corte Constitucional.

Pretoria, como se mencionó anteriormente, es “un nuevo sistema de información digital que amplía las capacidades de conocimiento de juez sin reemplazarlo, a través del análisis y estructuración de las sentencias de tutela para revisión de la Corte Constitucional[4]. Este sistema fue desarrollado por una colaboración entre el Laboratorio de Innovación e Inteligencia Artificial de la Universidad de Buenos Aires, la Universidad del Rosario y otras instituciones públicas y privadas de Colombia. Se basó en Prometea, una herramienta con Inteligencia Artificial utilizada en el Ministerio Público Fiscal de la Ciudad de Buenos Aires. Desde que se creó esta acción Constitucional hasta marzo de este año se han radicado un total de 7’880.707 tutelas en la Corte Constitucional para su revisión. Aproximadamente un total de 1.800 tutelas son radicadas cada día; lo cual refleja un enorme reto para el aparato jurisdiccional de cumplir con las necesidades ¡y los Derechos Fundamentales! De los ciudadanos.

Esta herramienta se encargará de realizar la selección, análisis y estructuración de las sentencias de tutela para revisión de la Corte Constitucional a través de tres funciones: Búsqueda, que permite ubicar información de interés para la selección de las sentencias. Categorización según criterios relevantes para la Corte Constitucional. Y Estadísticas, Pretoria produce líneas de tiempo y gráficos para tener una visión holística e integral sobre la tutela. Los criterios de categorización y la generación de estadísticas estarán disponibles inicialmente para las sentencias de salud[5].

Por otro lado, Prometea, en Buenos Aires, se encarga de funciones de predicción, asistencia y automatización de la mayoría de los documentos de la administración pública, como, por ejemplo, pliegos, resoluciones, sentencias o dictámenes.

Sin embargo, Argentina y Colombia no son los primeros países en incorporar herramientas con Inteligencia Artificial a su poder judicial. Desde el 2017, el Consejo Superior del Poder Judicial de España firmó un convenio con la Secretaría de Estado para la Sociedad de la Información y la Agencia Digital para que se incorporara la Inteligencia Artificial al poder Judicial; y así poder consultar de forma rápida y efectiva expedientes, jurisprudencia o distintos documentos necesarios. En su fase primaria, el sistema solo resuelve casos no tan complejos como multas de tránsito y sanciones administrativas; sin embargo, también se ha utilizado para agilizar el tramite de algunos casos judiciales. [6].

Otro caso emblemático es el del programa COMPAS (Correctional Offender Management Profiling for Alternative Sanctions), utilizado en varios estados de Estados Unidos. Se trata de una aplicación que se utiliza desde 1998 para analizar la probabilidad de reincidencia según los antecedentes penales de un acusado. El programa consiste en el planteamiento de un cuestionario al acusado; para el cual, una vez resuelto, el sistema calcula el riesgo de reincidencia, y así el juez define, si conviene o no otorgar la libertad condicional mientras se completa el proceso judicial; entre otros[7].

Además, encontramos el caso de el Tribunal de Internet de Beijing, China presentado en 2019. Un tribunal en el que las partes suben los datos del conflicto a resolver, y la herramienta de Inteligencia Artificial busca jurisprudencia vigente, analiza las particularidades del caso, evalúa las pruebas y finalmente dicta sentencia. Este sistema ha venido siendo aplicado en distintas ciudades del gigante asiático con bastante éxito. Shandong, Hangzhou, Beijing y Guangzhou han sido las primeras en aplicar IA en sus procesos judiciales, los cuales versan principalmente sobre temas de Comercio Electrónico, Pagos Virtuales, Transacciones en la Nube y controversias sobre propiedad intelectual.

Finalmente, el caso de Estonia, el país más avanzado del mundo en materia digital. Pese a haber sido un país soviético, decidieron apostarle a la tecnología desde hace ya algunos años; y hoy en día se demuestra su avance a nivel mundial. Desde el 2017, se han venido implementando varios proyectos piloto de Inteligencia Artificial en trámites del gobierno Estonio; sin embargo, el año pasado, bajo el gobierno de Kersti Kaljulaid, se le presentó la solicitud a Ott Velsberg y a su equipo de encabezar un nuevo proyecto que implemente la inteligencia artificial en juicios cuyas disputas versen sobre 7.000 euros o menos.

En conclusión, las nuevas tecnologías de la información y de la comunicación están presentes en cada vez más espacios de la vida cotidiana de cada uno de los miembros de la sociedad; y no solo de las sociedades del primer mundo. El reto al el que nos enfrentamos como humanidad es enorme y absolutamente todos tenemos que tomar cartas en el asunto, para evitar que la inteligencia artificial, como cura, sea peor que la enfermedad para la que se está recetando. Además, tal y como lo han demostrado los distintos casos de aplicación de Inteligencia Artificial, es necesaria y mucho más eficiente una coordinación entre el sector público y el privado para la creación e implementación de las nuevas TICs; no solo de la inteligencia artificial en las distintas ramas de poder público. Pretoria parece ser una herramienta prometedora, que optimizará al máximo las funciones de la Corte Constitucional; es uno de los primeros pasos que Colombia le da al futuro y a una sociedad inteligente.

Referencias

[1] Lynton, D. (1998). Computational Intelligence: A Logical Approach. Chapter One: Computational Intelligence and Knowledge. [1-22]. Recuperado de: https://www.cs.ubc.ca/~poole/ci/ch1.pdf

[2] I. An area of study in the field of computer science. Artificial intelligence is concerned with the development of computers able to engage in human-like thought processes such as learning, reasoning, and self-correction. II. The concept that machines can be improved to assume some capabilities normally thought to be like human intelligence such as leaning, adapting, self-correction, etc. III. The extension of human intelligence through the use of computers, as in times past physical power was extended through the use of mechanical tools. IV. In a restricted sense, the study of techniques to use computers more effectively by improved programming techniques.

[3] Joost N. Kok, Egbert J. W. Boers, Walter A. Kosters, Putten P, & Poel M. (2009). Artificial Intelligence. Artificial intelligence: definition, trends, techniques, and cases. Recuperado de: http://www.eolss.net/sample-chapters/c15/e6-44.pdf

[4] Corte Constitucional (27 de julio de 2020). PRETORIA, un ejemplo de incorporación de tecnologías de punta en el sector justicia [Archivo de video]. Recuperado de: https://www.youtube.com/watch?v=iBqjXKJoHlU

[5] Corte Constitucional (27 de julio de 2020). Boletín No. 128. PRETORIA, un ejemplo de incorporación de tecnologías de punta en el sector justicia. Recuperado de: https://www.corteconstitucional.gov.co/noticia.php?PRETORIA,-un-ejemplo-de-incorporaci%C3%B3n-de-tecnolog%C3%ADas-de-punta-en-el-sector-justicia-8970

[6] Bravo, E. (13 de noviembre de 2019). La administración de justicia en las ciudades inteligentes: entre la agilización y la automatización. Tomorrow MAG. Recuperado de: https://www.smartcitylab.com/blog/es/gobierno-finanzas/justicia-inteligencia-artificial-para-ciudades-inteligentes/

[7] Brennan T, Dieterich W & Ehret B. (2008). Evaluating the predictive validity of the COMPAS Risk and Needs Assessment System. Criminal Justice Behavior. [21-40]. DOI: 10.1177/0093854808326545

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