Facultad de Derecho

26 de mayo de 2017

No Hay Escapatoria de los Blockchains ni de la Inteligencia Artifical… Prepárense Abogados!

Erik Vermeulen docente de la Maestría en Derecho Internacional con énfasis en Derecho Internacional de los Negocios, analiza de qué manera la tecnología jurídica va a irrumpir en el mundo de los abogados, y cómo va a cambiar tanto la forma en que se ejerce el derecho como el rol de los operadores jurídicos.

Hay cursos de “Pensamiento Creativo” o “Innovación Desestabilizadora”, “Cómo Crear un Blog” o “Producción de Videos para Mostrar un Producto Potencialmente Innovador”.

Normalmente, uno esperaría encontrar estos temas en el currículum de programas de tecnología, diseño o negocios. Y con toda razón. Las plataformas en línea alteraron las industrias tradicionales como la banca, el transporte y la hotelería. Tanto así que los videos son considerados el futuro de los medios y del marketing.

Pero, ¿y si le dijera que estos cursos y materias están incluidos en el currículo de una facultad de derecho?. “¿En serio?” sería la primera reacción. “¿Qué tiene que ver el pensamiento creativo, los blogs o videos con ser un abogado?”

Estudiantes, abogados y académicos primero se sorprenden. Y luego empiezan a preguntar.

“¿Por qué los abogados tienen que ser blogueros”? ¿Por qué tienen que intentar crear nuevos productos innovadores? ¿Por qué a los abogados debería importarles las redes sociales o los videos?”

Si lo vemos desde la perspectiva del ejercicio tradicional de la profesión, todas las preguntas son válidas. Los abogados tienden a ser conservadores. No son famosos por sus capacidades de innovación o destreza. Y los estudiantes de derecho tampoco son los “Youtubers” más creativos.

Pero las cosas están cambiando rápidamente y el cambio parece acelerarse en un corto o mediano plazo. Los abogados y las facultades de derecho no pueden permitirse ignorar estos cambios. La abogacía es uno de los sectores más afectados en la industria de las consultorías. La tecnología jurídica, la inteligencia artificial y la tecnología blockchain o cadenas de bloques están cambiando la manera en que se ejerce el derecho. Las plataformas tecnológicas son un dolor de cabeza para litigantes, jueces y reguladores. La nueva economía, que se caracteriza por ser “compartida”, desafía muchas creencias tradicionales, doctrinas y conceptos de derecho y gobernanza.

Para poder lidiar con los desafíos de la tecnología legal y la nueva economía, debe haber un enfoque más creativo e innovador en el currículo de las facultades de derecho. Solo así se va a equipar a los abogados con aptitudes necesarias para operar en este mundo de innovación que emerge a nuestro alrededor.

Clase en la Maestría en Derecho Internacional con énfasis en Derecho Internacional de los Negocios – Titulación Conjunta Universidad París II – Panthéon – Assas. (2016). 

¿Qué es la Tecnología Jurídica?

La tecnología jurídica –o Legal Tech- se refiere a las plataformas, servicios informáticos y software que al principio hicieron a los abogados y firmas mucho más eficientes en sus actividades. Por ejemplo, los ayudaron con el almacenamiento de documentos, gestión de la práctica y contabilidad mediante un software. Pronto, el Legal-Tech avanzó y empezó a incluir tecnología que ayudaba a los operadores jurídicos en temas de due diligence y nuevas formas de descubrimiento.

Hasta aquí no había  mayor necesidad de innovación y creación legal. La tecnología simplemente estaba apoyando la manera en la que ya se operaba. Sin embargo, el Legal-Tech continuó evolucionando. Las start-ups y sus inversionistas se interesaron fuertemente en reemplazar a los abogados e irrumpir en el ejercicio del derecho.

A grandes rasgos podemos distinguir cuatro categorías de start-up en este campo. La primera  incluye a aquellas start-ups que ofrecen un rango de servicios legales en línea sin tener que consultar a un abogado. Algunas de estas son Avvo y LegalZoom.

La segunda, son las plataformas de emparejamiento en línea que conectan a clientes con abogados. Estas plataformas ayudan a los consumidores a encontrar un abogado sin tener que pagarle a una firma.

La tercera categoría incluye a las compañías de inteligencia artificial. Las herramientas de la I.A. permiten que los abogados tercericen una actividad que implica mucho tiempo y es costosa: la investigación jurídica. Instrumentos como LegalSifter y Seal, ayudan a revisar (y entender) contratos más rápido.

El abogado creado con inteligencia artificial ROSS, construido con tecnología de IBM Watson va incluso más allá. Su plataforma tiene el poder de liberar a los abogados de un bulto de trabajo repetitivo. Por ejemplo, ROSS puede recoger y analizar jurisprudencia y doctrina, más rápido, barato, y mejor que un abogado.

Por último, las start-up de tecnología blockchain tratan de reemplazar a los abogados que son intermediarios en ciertos tipos de operaciones, como de finca raíz y propiedad intelectual. Esta tecnología también podría simplificar procesos corporativos que usualmente requieren intermediarios legales. Si este tipo de tecnología empieza a ser ampliamente aceptado, muchos procesos legales y estructuras van a volverse redundantes. En particular,  servicios de notariado y registro posiblemente desaparezcan en un futuro cercano.

Y no acaba. Plataformas, inteligencia artificial y tecnología blockchain ofrecen oportunidades para que se desarrollen nuevas tecnologías. Se puede aprovechar la gran cantidad de datos que se recopilan mediante las soluciones que ofrece la tecnología jurídica para, por ejemplo, crear herramientas más rápidas y creativas.

El Surgimiento de un Nuevo Tipo de “Abogado”

¿Aún no está convencido de la importancia de que haya un curso de “Pensamiento Creativo”/”Innovación Desestabilizadora” en el currículo de una facultad de derecho? Expliquemos por qué la nueva economía (basada en la tecnología) requiere que los abogados sean más creativos e innovadores.

Curso de “Pensamiento Creativo para Abogados” en la Universidad Kysushu (Diciembre 2016)

 

(1) Abogados diestros en la tecnología

Generalmente, las firmas y departamentos jurídicos aceptan que la tecnología jurídica no puede ser ignorada. Es un tema recurrente en la profesión legal. De hecho hay conferencias, seminarios, revistas jurídicas que se dedican al tema.

Lo que sí está claro es que adoptar Legal-Tech los ayuda a mejorar el compromiso y la satisfacción del cliente porque permite que este se involucre más con el servicio jurídico que se le ofrece. Es justo decir que las start-up de tecnología jurídica están revolucionando la industria en términos de velocidad, precisión y desempeño.

Pero mirando de cerca, es claro que firmas y departamentos jurídicos no la tienen fácil a la hora de innovar. Por supuesto, con frecuencia las mejores firmas encuentran soluciones innovadoras para los problemas de sus clientes. Pero aún son reacias a adoptar de una vez todas las innovaciones de la tecnología jurídica.

Muchas han introducido el cargo de “director de innovación, CIO” (o algún equivalente), convencidos de que implementando tecnología jurídica van a tener una ventaja competitiva significativa. Y para este cargo, no nombran abogados. Su papel es simple y puntual: acelerar la innovación y llevarla al próximo nivel.

 (2) Abogados diestros en los negocios

La automatización y estandarización de altos volúmenes de tareas legales va a transformar el papel de los abogados y otros profesionales del derecho. Ya podemos ver que se involucran en tareas más complejas y peculiares.

Esta tendencia va a continuar. Los altos volúmenes de datos y la inteligencia artificial hacen que las soluciones del Legal-Tech sean más inteligentes. Más labores legales (como redacción de contratos, administración de riesgos legales y solución de disputas) van a ser tercerizadas a la tecnología y robots. Cada vez más, abogados y asesores legales van a asumir el rol de directores de proyectos y asesores de negocios.

Como tal, tener la capacidad de trabajar en equipos mutidisciplinarios será mucho más importante. Dado que la economía y la sociedad están basadas en la tecnología, los abogados tendrán que trabajar mano a mano con contadores o asesores fiscales, y también con ingenieros, diseñadores y arquitectos.

La interferencia de la tecnología y la proliferación de plataformas generan un continuo flujo de oportunidades nuevas que transforman la manera en que vivimos y trabajamos. Fundamentalmente, abogados y consultores legales van a verse como un “puente” entre el diverso rango de actores con los que van a tener que trabajar en desafíos complejos. Adoptando una perspectiva orientada a los negocios va a darles una mejor posición para ayudar a sus clientes a maximizar la eficiencia, reducir costos y fortalecer servicios al cliente.

 (3) Abogados diestros en redes de contacto o networking

Finalmente, el Legal-Tech tiene el potencial de transformar rápidamente a las firmas y departamentos legales en “firmas virtuales” haciendo énfasis en conectar profesionales del derecho y colabores (entre otros). Una “firma virtual” es básicamente una plataforma. Cuando sea implementada eficazmente, el efecto que va a tener la plataforma modelo será la creación de una comunidad flexible y accesible de profesionales con diferentes destrezas y experiencia. Entre más grande sea la comunidad, más fácil será ofrecer soluciones que se ajusten a las necesidades de los clientes.

Ya podemos  distinguir una gama de firmas. En un extremo, está la firma tradicional, caracterizada por tener una jerarquía donde los socios están arriba, y hay diferentes niveles de asociados, paralegales y no abogados debajo de ellos. En el otro, están las firmas que adoptaron una plataforma organizada al estilo de “airbnb” y que principalmente ofrecerían servicios de coordinación o emparejamiento. Entre estos dos extremos puede haber enormes variaciones según el nivel en el que se implemente la Legal-Tech.

También, cabe señalar que las “plataformas legales” pueden adoptar diferentes enfoques. UpCounsel le ofrece a los empresarios, a petición de ellos, acceso a abogados experimentados. LawyerlinQ en Holanda le ofrece a las firmas la posibilidad de usar personal interno para proyectos muy complejos. LexSemble es una plataforma de “crowdsourcing”, es decir, permite que múltiples usuarios editen documentos jurídicos. La información que se recoge en la nube ayuda a la plataforma a desarrollar un motor de análisis de aprendizaje automático cuyo uso sea ayudar a tomar decisiones legales y predecir actividades.

Como el Legal Tech Está Cambiando la Práctica Jurídica

Profesionales del derecho como abogados y jueces, juegan un papel crucial en establecer confianza y veracidad. Negocian, redactan e interpretan contratos. Ayudan a ejecutarlos. Llevan a cabo tareas de due diligence. Crean leyes y regulaciones que protegen a las partes más débiles. Diseñan estructuras que permiten registrar y transferir propiedad y propiedad intelectual.

No es necesario explicar por qué un contrato bien redactado ayuda a crear confianza recíproca entre las partes contratantes. Normalmente un contrato cubre asuntos importantes como veracidad sobre propiedad y control, transferencia de propiedad y la asignación de riesgos. Poner el contrato por escrito hace que la ejecución y la solución de controversias sean más fáciles.

Pero como hemos visto, el mundo está cambiando. Hasta se podría alegar que el Legal-Tech está reemplazando el rol tradicional de las profesiones del derecho. De un modo lento pero seguro, asesorías, contrataciones, emparejamientos y  tareas de ejecución van siendo desarrolladas por “tecnología”. Y parece posible que esta tendencia se acelere en el futuro cercano.

 

 

 

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